jueves, 3 de diciembre de 2009

Otra vez

Otra vez contra la pared. Otra vez arriesgar. Otra vez decidir. Otra vez dudar. Otra vez en la encrucijada de quedarme con las ganas o tumbarme y seguir...
¿Dejarme llevar...? Suena demasiado bien.

viernes, 13 de noviembre de 2009

Cada paso cuenta


Hace ya tiempo decidí escribir algo. Algo que hablaba sobre los cambios, en particular los que yo había vivido. Una buena conversación a veces ayuda a despertar ese sentimiento de "necesito escribir", y sin duda hoy ha vuelto a llegar ese momento. El momento de volver a recordar aquello de lo que ya hablé una vez, pero esta vez de otra forma.


¿Nunca has sentido que caminabas sin rumbo? ¿Que no eras independiente? ¿Que no tomabas decisiones por ti mismo? ¿Que por encima de todo eras vulnerable? Yo sí.

A veces las circunstancias te ciegan... las circunstancias o lo que sea. Simplemente el hecho de querer a alguien te hace más manejable de lo que nunca has pensado, y sin querer te acercas a un abismo. Y mientras caminas hacia él no eres capaz de pensar que si no frenas, te caes. Y sigues andando... No existe nada más.

Gracias a Dios, no todo el mundo te deja continuar tu camino si saben hacia donde te diriges, y son esas personas las que intentan pararte. Quizás las escuchas... o quizás no. ¿Para qué? Tú sabes lo que haces y sabes por quien lo haces... ¿Que hay de malo en eso? Nada. Nada hasta que empiezas a encontrate piedras en el camino que no hacen más que ayudarte a tropezar, y es entonces cuando decides que puede que haya llegado el momento de mirar a tu alrededor... y a ti mismo. ¿Dónde vas? ¿No ves que ese camino no lo has elegido tú?

Y decides que ya está bien. Que prefieres cambiar el rumbo, que tú de verdad lo que quieres es correr por el campo, sin ninguna dirección concreta... sólo dejandote llevar, haciendo lo que más te apetece y moviendote por donde más te gusta. Parando a descansar donde creas que estarás bien y echando a correr cuando más te lo pida el cuerpo. Sin que nadie te diga: "es por aquí". Y sobre todo, abriendote al mundo allá por donde pases, porque aquí estás tú. Mírate. Ahora sí disfrutas. Ahora sí eres tú.

Puede que no sea la dirección correcta, puede que te equivoques, sí. ¿Y? ¿Cuál es el problema? De todo se aprende. Y nada ni nadie va a permitir que te pierdas eso, de eso te encargas tú.

Mira hacia delante y enfrentate a lo que te vayas encontrando. Vive. Vive como tú quieras hacerlo. Vive cada momento con quien tú elijas. Y sobre todo, escucha. Escucha a quien de verdad te quiere porque no te van a dejar continuar si el camino que llevas se acaba.


A veces el "clic" que necesitas tarda en llegar, pero llega. A partir de ahí cambias, creces, maduras, aprendes... Y sin duda, te das cuenta de que ese momento ha llegado. Sin querer te has vuelto menos débil, y de repente tu opinión cuenta todo lo que realmente mereces. Ahora más que nunca sabes lo que significa la amistad y el tener amigos. Amigos en plural... unos distintos de otros, pero sin duda cada uno de ellos te aporta lo que necesitas. Al menos yo no necesito mucho más. Sólo tengo ganas de equivocarme y de seguir caminando. Cada paso cuenta.




Mi "clic" llegó hace un año. Gracias a quien pulsó el botón... Nada me hacía más falta.